viernes, 16 de diciembre de 2016

EL SENTIDO DEL GUSTO EN IMAGEN PERSONAL

El sabor es la sensación que las comidas y bebidas nos producen al introducirlas en la cavidad bucal y en su contacto con la lengua que es donde se alojan, mayoritariamente, las papilas gustativas o receptores del gusto. Es uno más de nuestros sentidos, al igual que la vista, el tacto, el oído y el olfato. El sentido del gusto responde a estímulos químicos, es por tanto un quimiorreceptor que nos permite diferenciar y disfrutar de todos aquellos alimentos que necesitamos para nuestra propia existencia.



En imagen personal, en concreto, más utilizado en imagen corporativa, está vinculado, principalmente, al protocolo social-gastronómico. Y si en determinadas ocasiones nos vemos en el compromiso de ofrecer a personas de diferentes culturas con materias que se relacionen con el gusto y por tanto con la imagen personal, debemos tener presente saber estar a la altura de sus preferencias, es necesario por ello conocer los hábitos y preferencias de los clientes, que, a su vez, eso nos aproximará a su formación sociocultural, a su exquisitez y posición económica y a la de todas aquellas personas que por diferentes motivos optaron por un menú determinado.


El conjunto de nuestras actitudes se resumen en dos aptitudes básicas: buena presencia y saber estar. Saber estar engloba todas aquellas situaciones que se nos puedan presentar y que tengamos que resolver mediante el uso adecuado de nuestras habilidades.
Por otra parte, es imposible desvincular a este sentido del tacto y del olfato, ya que todo aquello que comemos o bebemos tiene olor y percepción táctil. Como tampoco se le puede desvincular del buen gusto, es decir, además del gusto como placer gastronómico, del gusto estético, la presentación de cada plato, la decoración y buenas maneras en la mesa como sentarse de forma correcta, erguidos, sin rigidez y sin invadir el espacio de los demás, y también a utilizar los cubiertos con esa misma corrección tanto en forma como en orden, y saber que en ningún momento deben manifestarse aquellos impulsos más primarios de la persona, sino, los más evolucionados y sofisticados que conozcamos y que estén al uso en cada momento.



Por que la comida, primero, es una necesidad y allá donde se vaya a disfrutar de ella también tiene que ser un lugar de disfrute y buenas maneras: un espacio donde fomentar la comunicación ya que el gusto demanda la buena dialéctica, pero también forma parte de una de las comunicaciones más íntimas, como es el hecho de introducir en la boca, para su debida apreciación, todo aquello que debemos conceptuar y saborear a través de este sentido.



En imagen personal corporativa podríamos decir que el sentido del gusto es muy importante por ejemplo, a la hora de organizar una cena de empresa, las máquinas expendedoras que hay en estas, o también los caramelos de bienvenida que exponen a la entrada de una recepción.

En conclusión, debemos tener muy en cuenta el sentido del gusto en la imagen personal y corporativa, puesto que hacer un mal uso de este sentido, puede crear un rechazo tanto por parte de los clientes, como de los mismos trabajadores.


martes, 22 de noviembre de 2016

¿QUÉ ESTACIÓN ERES?

Los colores nos ayudan a transmitir ciertos mensajes y a resaltar puntos fuertes de nuestra imagen personal. 

Existe un método llamado “las cuatro estaciones”, en el que a través de éste método nos permite conocer qué estaciones somos de acuerdo a nuestro color de ojos, color de piel y color de cabello y en base a eso, poder elegir la gama de colores que mejor nos favorece y los colores que en su caso deberíamos de evitar.

Para identificar el tono de piel debemos colocarnos frente a un espejo con la cara lavada y con luz natural. Si tu piel tiende a amarillo o dorado, tu tono de piel es cálido. Si tu piel tiende hacia el rosa o rojizo, tu tono de piel es frío.




Primavera: Tiene los ojos azul claro u oscuro, verdes o marrón dorado. El color de pelo va desde el rubio claro al oscuro, rubio veneciano o castaño claro. El tono de piel es dorado, melocotón o rosa (bastante claro).


Debe inclinarse por: Colores vivos y claros: tonos que vayan del camel al marrón oscuro, azul claro o un tono medio de azul marino, marfil, beige, rojo anaranjado, amarillo o albaricoque, verde agua, verde anís, rosa suave.

Debe evitar: Los colores oscuros o secos.






Verano: Es una estación Fría. Son personas de piel clara, con o sin pecas. Con cabello desde rubio oscuro hasta castaño y los ojos son de un tono café, verdes o azules. 

La paleta de colores que más les favorece son los matizados, todos aquellos a los que añadiendo blanco (colores pasteles) o negro (colores obscuros) eliminen el brillo.




Otoño: Es una estación cálida. El tono de piel es moreno o cálido. El cabello lo llevan en tonos rubios, rojos o cafés y los ojos pueden ser claros u oscuros. 

La paleta de colores ideal es la terrosa, todos aquellos colores que haga alusión al planeta Tierra, incluyendo el azul cielo, el verde mar, etc.




Invierno: Esta estación se caracteriza por los colores frescos y diferenciados. Tienen los ojos negros, marrón oscuro o azul glacial. Tiene el pelo oscuro o negro, rubio oscuro o castaño ceniza, o canoso. Tiene la tez muy clara (rosa pálido, melocotón, marfil) o, por el contrario, tiene un tono de piel más bien oscuro.

Debe inclinarse por: Los colores fríos e intensos: blanco, gris, negro, plateado, azulón, azul marino, azul hielo, verde esmeralda, verde claro, burdeos, amarillo claro, rojo, rosa glacial.

Debe evitar: Los pasteles y los tonos cálidos (naranja, dorado, melocotón).





viernes, 18 de noviembre de 2016

HISTORIA DE LA ASESORÍA DE IMAGEN

La imagen siempre ha cobrado una gran importancia en la historia de la humanidad.

Desde siempre, todas las personas han tenido la necesidad de proyectar una imagen a través de su vestimenta y de adornos.

El fenómeno del aluvión de imágenes que recibimos es propio de éste siglo, la búsqueda de imagen propia y personal del ser humano es prácticamente ancestral. Civilizaciones muy primitivas nos han dejado testimonio de ricas creaciones en dibujos pintados sobre la piel y atuendos que transmitían la jerarquía y la condición social.

Muchas de las civilizaciones antiguas para sus ceremonias, se vestían de acuerdo a cada acto y cada rol que debían tener, así fue como le fueron dando un significado concreto a cada adorno, a cada vestido o inclusive hasta al maquillaje.




Así pues el ir vestido siempre ha sido una clase de distintivo, de proyección de imagen y con el paso del tiempo se ha vuelto tan importante que ha surgido el estudio de la asesoría de imagen.

La asesoría de imagen surge en los Estados Unidos a través de una investigación que realizó el maestro John T. Molloy.

Su estudio se basó en la relación que existía entre el comportamiento de los alumnos y la vestimenta de los maestros, y descubrió que la ropa que vestían los maestros tenía un impacto enorme en la actitud que tenían los alumnos en sus clases.

Continuó con su estudio y se dio cuenta que la ropa que las personas usan puede afectar en gran medida a las demás personas, por lo que en el año de 1960, Molloy comenzó a asesorar a abogados, políticos y empresas en temas referentes a la vestimenta.

En 1975, Molloy publica su libro “Dress for Success” y en 1977 “The Woman’s Dress For Success”. De ahí surgió el término de Ingeniería del Guardarropas.

Hoy en día los parámetros de Molloy pueden ser anticuados pero su teoría de que la forma de vestir debe ayudar a ascender al éxito en vez de retener, sigue vigente.

Otra pionera de la asesoría de imagen fue Emily Cho, quien en 1970 funda la firma consultora New Image en Nueva York. Su idea de servicio no sólo era de asesorar a sus clientes en el proceso de compra, sino que también a ayudarlas a descubrir sus cualidades internas. Muchos clientes acudían a su firma cuando necesitaban encontrar seguridad o descubrir su personalidad y eso lo lograban teniendo un cambio desde fuera.

En 1980, en EE.UU, el mercado corporativo creció considerablemente y así también la demanda de personas que requerían de los servicios de una consultora de imagen.

En esta época fue cuando los servicios se dividieron en 4 categorías:
* Vestimenta y color
* Oratoria y presentaciones en público
* Relaciones públicas y personales
* Motivación

A mediados de los 90, la economía en EE.UU. comenzó a declinar.
Los presupuestos se achicaron y muchas empresas recortaron también el número de empleados. Todo esto generó miedo e inseguridad en los trabajadores. Por otro lado, surgieron las compañías de tecnología, el boom de los sitios de Internet y compañías que se manejaban por jóvenes emprendedores que imponían su propio estilo.

Un estilo mas descontracturado, no sólo por la personalidad de estos nuevos ejecutivos que no les interesaba como lucían, sino además apoyados por el hecho de que lo virtual era lo que estaba de moda. De ahí surgió lo que hoy conocemos como Viernes Casual o Cassual Friday que todas las compañías adoptaron. Este estilo de compañías permitía el trabajo a distancia y esto acrecentaba más el hecho de no tener que vestirse para trabajar.




Todo esto obligó a la industria de la asesoría de imagen a repensar su negocio.
Como lo único constante es el cambio, el asesor de imagen debía estar al tanto de las tendencias y no sólo de la moda, sino también de los mercados para estar alerta y descubrir que nichos se abrían en dónde se podía insertar. Se debía entender qué pasaba con la fuerza laboral, detectar dónde estaba la ganancia, las posibles inversiones y que profesiones o servicios se ponían de moda. Algunos ejemplos en esos años fueron el surgimiento de las AFJP, o el interés por la cocina, el consumo de vinos y el crecimiento de restaurantes.

También el furor por el cine y la industria del modelaje, y por los cambios en la situación social del país donde las amas de casa debían salir a trabajar, entre otras cosas.

Durante la segunda mitad de 1990 la economía creció en los EE.UU, y esto permitió al asesoramiento de imagen renacer aunque con una estructura un poco más amigable y relajada. Ya no se usaba el “uniforme” para ir a trabajar y los códigos de vestimenta se hicieron más flexibles. El hecho de que el mundo se hiciera más globalizado generó una nueva inquietud hacia la profesión, incorporando la etiqueta y el protocolo que permite ayudar a los que interactúan con diferentes culturas.

En la actualidad ya es totalmente común encontrar en cualquier punto de los Estados Unidos, en países de Latinoamérica a un/a asesor/a de imagen, así como también en muchos países de Europa.




jueves, 17 de noviembre de 2016

CAPTADORES DE ATENCIÓN

¿QUÉ SON LOS CAPTADORES DE ATENCIÓN?

Sirven para definir el estilo a la hora de vestir, aunque un captador de atención es algo más que eso, es darle vida a una parte determinada del cuerpo, hacerla visible y protagonista, no importando lo pequeña que ésta sea o lo que pase desapercibida. El captador llama a la vista del que observa hacia esa zona, haciendo que los ojos de quien mira se concentren en la parte deseada y que lo demás pase a un segundo plano.

Podríamos decir que un captador de atención no es un simple complemento, puede ser un fuerte maquillaje de ojos, o de labios, también una forma determinada de llevar un peinado. Nunca se utilizarán más de dos o tres captadores de atención en una misma persona puesto que, podría quedar muy recargado y caer en el efecto "Árbol de Navidad". También es importante tener en cuenta que no pondremos captadores de atención en lugares que no queramos resaltar, únicamente los utilizaremos para aquellas zonas que queramos destacar.

Los asesores de imagen personal serán las personas expertas que nos ayudarán a saber cómo potenciar ciertas partes del cuerpo utilizando estos captadores.

                                                                       .        .        .

En las siguientes imágenes mostraremos algunos ejemplos de cómo funcionan estos captadores de atención:


Natalia Ferviú: Usa pintalabios rojo para disimular la nariz grande.




        Nicki Minaj: Utiliza prendas muy ajustadas para resaltar caderas y pecho puesto que, es su seña de identidad.



           Amy Winehouse: Utiliza un eyerliner excesivamente marcado y un moño muy recargado para que su imagen sea mucho más exuberante.


jueves, 27 de octubre de 2016

¿Qué es la asesoría de imagen personal y corporativa?

La asesoría de imagen personal y corporativa, es el método a través del cual se busca armonizar la imagen externa de una persona o empresa a fin de potenciar las cualidades personales y/o grupales, formando al cliente en hábitos y comportamientos para que pueda comunicarse más y mejor.

Todas estas tareas, se realizarán con un objetivo específico o motivación acorde a una necesidad del cliente sobre la que asesor y asesorado han llegado a una conclusión y se ha acordado una metodología específica de trabajo a fin de lograr la meta.

El asesor de Imagen tendrá siempre presente el concepto de “belleza” pero su objetivo va mucho más lejos y siempre tiene que ver con el entorno (edad, ocupación, situación personal, carácter, gustos, costumbres...) y necesidades del cliente.

La asesoría de imagen personal se compone de varios elementos:

Belleza: higiene, estética, dietética...
Peluquería: técnicas, colores, cortes y estilos.
Maquillaje: estudios y aplicación de técnicas de visagismo.
Vestuario: qué, cuándo, cómo según la forma del cuerpo, cualidades y características personales (test de color) y situación específica (etiqueta).
Protocolo: oficial, social y de empresa así como técnicas de buenas maneras, modales...
Comunicación: expresión verbal, no verbal y visual. Postura y elegancia.
Empresa: Recursos humanos, administración, marketing, Relaciones Públicas...

Para el caso de la asesoría de imagen corporativa, se incluyen también las áreas de estudio de la imagen colectiva, imagen corporativa...

Todos estos elementos pueden aplicarse en una asesoría de imagen o bien, mediante servicios y asesorías específicos en las diversas áreas; por ejemplo el cada vez más popular test de color, el estudio de visagismo (para determinar maquillaje, peluquería y accesorios), el examen antropométrico, servicio de personal shopper, asesorías o cursos cortos de protocolo y saber estar...



                                                  



OBJETIVOS Y FINALIDADES DE UNA ASESORÍA

En general, la asesoría en imagen tiene como finalidad la adecuada, eficaz y eficiente transmisión de los mensajes de la personalidad del individuo (cualidades y valores) que desea que su imagen transmita su identidad personal en cada circunstancia.

- Concretar la identidad que se quiere transmitir.
- Colocar captadores de atención.
- Armonizar las características y símbolos que han de transmitir el mensaje.
- Hacer crecer a la persona y sus capacidades.


CAPACIDADES REQUERIDAS PARA UN ASESOR

- Conocimiento del individuo.
- Conocimiento de su motivación.
- Conocimiento de técnicas.
- Capacidad de síntesis y evaluación.
- Capacidad creativa.
- Capacidad de comunicación.


PROCEDIMIENTO DE UNA ASESORÍA

- Ejercitar una comunicación asertiva y pro-activa con la persona que se asesora para conocer cuáles son sus objetivos, finalidades, motivaciones...

- Utilizar recursos técnicos y metodológicos para conocer y concretar qué es lo que una persona necesita, más allá de lo expresado por ella, para solucionar o conseguir la finalidad, objetivos, metas...

- Realizar un análisis DAFO (Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de valores).

- Establecer las fortalezas sobre las que apoyar la asesoría y concretar las debilidades que pueden ser impedimentos.

- Planificar el desarrollo estableciendo una secuencia lógica entre las que se requieran una ordenación cronológica y entre las que puedan realizarse de forma paralela.

- Si es una asesoría amplia y compleja requerirá, la colaboración de más especialistas que si se trata de una asesoría parcial o simple, por lo que se deberán realizar los contactos para conocer su parecer y las posibles alternativas.

- Hacer el estudio económico y elaborar un presupuesto para que el cliente lo apruebe.

- Ejecutar la planificación iniciando la realización de las actuaciones siguiendo el procedimiento establecido y aprobado por la persona que se asesora.